El teólogo J.I. Packer objetó:
"La búsqueda del 'consuelo' en el sentido moderno es sentimental e irreal y busca la propia satisfacción, y el concepto religioso de que se acude a la iglesia en busca de consuelo en este sentido no es cristianismo" (Packer, 1997, p. 292).
Hoy en día, muchas personas asisten a la iglesia solamente para solucionar algún problema de índole físico, sentimental o psicológico: la muerte de un familiar, una enfermedad o un conflicto matrimonial. Una vez resuelto el problema, se apartan de la iglesia. El problema radica en que las personas se enfocan en lo terrenal y temporal, en lugar de enfocarse en lo celestial y eterno. La exhortación central del cristianismo es el arrepentimiento de los pecados. Sin arrepentimiento, no hay salvación. Si la iglesia se enfoca únicamente en solucionar los problemas temporales de la congregación sin exhortar al arrepentimiento, entonces no está predicando el evangelio. Si no nos apartamos de nuestros malos caminos, entonces no hay salvación.
El Señor Jesús advirtió a la multitud:
"si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Lucas 13:3).
El teólogo John Stott escribió:
"Por supuesto que una paz barata puede comprarse con un perdón barato. Pero la paz verdadera y el perdón verdadero son tesoros costosos. Dios nos perdona solamente cuando nos arrepentimos" (Stott, 1998, p. 53).
Packer, J.I. (1997). Hacia el conocimiento de Dios. Unilit.
Stott, J. (1998). El Sermón del monte. Ediciones Certeza.
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