En los momentos finales de la agonía de Jesús en la cruz, antes de exhalar su último aliento, pronunció una poderosa palabra que resonaría a través de los siglos: "Tetelestai". Esta expresión griega, que significa "consumado es" o "está terminado", no fue meramente un suspiro de alivio ante el fin de su sufrimiento físico. Fue una declaración triunfante que marcó el cumplimiento de la misión redentora para la cual había venido al mundo. A través de esta palabra, Jesús proclamó la victoria sobre el pecado y la muerte, sellando así el plan eterno de redención.
En esta entrada, exploraremos el profundo significado detrás de "Tetelestai", veremos algunos comentarios de destacados teólogos, y lo analizaremos a la luz de principios hermenéuticos de interpretación bíblica.
1. El Cumplimiento de las Promesas Mesiánicas
John Piper, prominente teólogo, destaca que cuando Jesús dijo "Tetelestai", estaba afirmando que su misión redentora estaba completa. Había pagado por completo la deuda del pecado de su pueblo, y la expiación estaba terminada (Piper, La Pasión de Jesús Cristo). Esta palabra abarcaba el cumplimiento de todas las promesas y profecías del Antiguo Testamento relacionadas con la venida del Mesías para sufrir y morir por los pecados de su pueblo.
Por ello, hay que señalar que desde el Protoevangelio en Génesis 3:15, donde se promete que la simiente de la mujer aplastaría la cabeza de la serpiente, es Cristo (el Mesías) quien es la cabeza federal de un mejor pacto, y sobre el son cumplido todas las profecías en las Escrituras que anticiparon la venida del Redentor. Al pronunciar "Tetelestai", Jesús declaró que había cumplido todas estas promesas y profecías mesiánicas, convirtiéndose en el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29).
2. La Satisfacción de la Justicia Divina
John MacArthur, otro muy renombrado teólogo bautista reformado, interpreta "Tetelestai" como la declaración de Jesús de que había cumplido perfectamente el plan eterno de redención (MacArthur, El Evangelio según Jesús). Con esa afirmación victoriosa, Jesús anunció que había satisfecho plenamente las demandas de la justicia divina.
Además, la Biblia enseña que el pecado conlleva una deuda que debe ser pagada (Romanos 6:23). Dios, en su santidad y justicia, no puede simplemente ignorar el pecado. Por lo tanto, Jesús, como el Hijo de Dios encarnado, tomó sobre sí mismo el castigo que merecíamos, pagando el precio completo por nuestros pecados en la cruz, como el segundo Adán (Romanos 5:12-21, 1 Corintios 15:45-47, 1 Timoteo 2:13-14) cumplió lo que el primero no pudo hacerlo. Por ello, al decir "Tetelestai", Jesús proclamó que había satisfecho completamente las demandas de la justicia divina, reconciliándonos con Dios (2 Corintios 5:18-19).
3. La Deuda Saldada
Al Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, añade una perspectiva histórica al significado de "Tetelestai". Como señala Mohler, esta palabra griega era una expresión conocida en el mundo antiguo, utilizada frecuentemente en contextos comerciales para indicar que una deuda había sido pagada por completo (Mohler, La Crucifixión de Jesús). Así, Jesús estaba proclamando que la deuda del pecado humano había sido saldada definitivamente mediante su sacrificio en la cruz.
La Biblia compara el pecado con una deuda que debemos a Dios (Mateo 6:12). Somos incapaces de pagar esta deuda por nuestras propias fuerzas, a esto se refiere a que la salvación no puede obtenerse por obras ( Efesios 2:8-9, Romanos 3:20, Romanos 11:6, Tito 3:5, Gálatas 2:16) pero Jesús, al pronunciar "Tetelestai", declaró que Él había pagado el precio completo por nuestros pecados, su obra en la cruz satisfizo al Padre (Isaías 53:5, Romanos 3:25-26, 1 Juan 2:2, Hebreos 9:14). Ya no estamos atados a esa deuda, sino que somos libres gracias a la obra consumada de Cristo en la cruz (Romanos 8:1-2).
4. El Uso Exegético y las Bendiciones Actuales de "Tetelestai"
Desde una perspectiva exegética, es importante comprender el uso y el contexto de la palabra "Tetelestai" en el texto bíblico. En el Evangelio de Juan 19:30, se nos dice que "cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: 'Consumado es (Tetelestai)'. E inclinando la cabeza, entregó el espíritu".
Esta palabra griega "Tetelestai" era comúnmente utilizada en contextos comerciales y legales para indicar que una deuda había sido pagada en su totalidad o que un contrato había sido cumplido completamente. Jesús la empleó en un sentido similar, declarando que había cumplido plenamente su misión redentora al pagar el precio por nuestros pecados.
Desde una perspectiva más amplia, "Tetelestai" también se relaciona con el grito de Jesús "Consumado es" registrado en Juan 17:4, refiriéndose a que había completado la obra que el Padre le había encomendado en la tierra. Pero "Tetelestai" no es solo una palabra histórica; también tiene implicaciones prácticas y bendiciones duraderas para los creyentes de hoy. A través de la obra consumada de Cristo en la cruz, hemos sido liberados de la esclavitud del pecado (Romanos 6:18) y reconciliados con Dios (Colosenses 1:20). Podemos acercarnos con confianza al trono de la gracia (Hebreos 4:16) y vivir una vida abundante en Cristo (Juan 10:10).
Por tanto, 'Tetelestai' no tiene un significado simple o superficial, nos recuerda que ya no estamos bajo condenación (Romanos 8:1) y que nada puede separarnos del amor de Dios (Romanos 8:38-39). Nos bendice con la seguridad de nuestra salvación, la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) y la esperanza de la vida eterna (Juan 3:16).
Conclusión
La palabra "Tetelestai" pronunciada por Jesús en la cruz es profundamente significativa y celebra la victoria consumada sobre el pecado y la muerte. A través de esta declaración triunfante, Jesús anunció el cumplimiento de las promesas mesiánicas, la satisfacción de las demandas de la justicia divina y el pago completo de la deuda del pecado humano. " Tetelestai" marca el punto culminante de la obra redentora de Cristo, abriendo el camino para nuestra reconciliación con Dios.
Al meditar en el significado profundo de "Tetelestai", somos llamados a regocijarnos en la gracia inmerecida de Dios y a responder con gratitud y adoración al Cordero que fue inmolado por nosotros. Esta palabra poderosa nos recuerda que, en Cristo, hemos sido redimidos y librados de la esclavitud del pecado, para vivir una vida nueva en Él.
La cruz no es simplemente un evento histórico, sino una realidad viva que debe permear nuestra existencia diaria. A medida que abrazamos la verdad de "Tetelestai", somos desafiados a dejar atrás nuestro viejo camino de pecado y auto-justificación, para vivir una vida de entrega y obediencia a Aquel que nos redimió a tan alto precio. La cruz nos recuerda constantemente que hemos sido comprados por la sangre preciosa de Cristo y que ya no nos pertenecemos a nosotros mismos (1 Corintios 6:19-20).
En un mundo lleno de distracciones, falsas enseñanzas y esperanzas inciertas, "Tetelestai" nos ancla en la verdad de que nuestra salvación está completa en Cristo. No necesitamos añadir nada a Su obra perfecta, sino simplemente confiar y descansar en Él. Esta realidad nos libera del yugo de la auto-justificación y nos permite vivir una vida de gozo, propósito y libertad en el Señor.
Bibliografía
Mohler, R. Albert. La Crucifixión de Jesús. Nashville: B&H Publishing Group, 2008.
MacArthur, John. El Evangelio según Jesús. Grand Rapids: Zondervan, 2008.
Piper, John. La Pasión de Jesús Cristo. Wheaton: Crossway Books, 2004.
Carson, D. A. El Evangelio según Juan. Grand Rapids: Eerdmans, 1991.
Keller, Timothy. Jesús el Rey. Nueva York: Riverhead Books, 2011.
Sproul, R. C. La Cruz de Cristo. Orlando: Reformation Trust Publishing, 2019.
Stott, John. La Cruz de Cristo. Downers Grove: InterVarsity Press, 1986.
Formato de citación: Autor, Título (Ciudad: Editorial, Año), Página.
Cristian Peña V.
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