Tradicionalmente, se ha dicho que cuando Cristo declaró: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6 RV60), quiso únicamente expresar que él era la vía para acercarse al Padre. No obstante, comprender solo este aspecto del texto no abarca la totalidad de la magnitud de la declaración de Cristo. Por ello vamos a enfocarnos en las dos primeras frases del texto, Yo soy el camino.
YO SOY
La expresión "Yo soy" utilizada por Jesús posee una profunda carga contextual para los judíos que oían su mensaje, ya que al escuchar las palabras griegas ἐγώ εἰμί (Ego Eimi), esta resonaba con el nombre mismo de Dios. En Éxodo 3:14, donde Dios revela a Moisés su nombre como " Yo soy el que soy ", traducido al hebreo como "אֶהְיֶה אֲשֶׁר אֶהְיֶה" (Ehyeh asher ehyeh), resaltando la autoexistencia y eternidad divina. En este momento, Jesús se autodenomina de manera similar, toma el nombre de Dios para sí mismo, lo cual desata la furia de los fariseos, quienes no aceptaban a Jesús como el Mesías prometido.
EL CAMINO.
El término “El Camino " utilizado por Cristo también merece atención. En hebreo es " דֶּרֶךְ " (Derek), en arameo " ܕܝܢ " (Dina), y en griego " ὁδός " (Hodos), todos con significados que van más allá de una simple vía. Estas palabras implican no solo un camino, sino también un viaje, modo de vida y conducta.
Así, cuando Jesús proclama “Yo soy el camino”, va más allá de ser una ruta para llegar a un destino; Su excepcional escogitamiento de palabras señalan una afirmación maravillosa que señala su divinidad y establece que su modo de vida es la senda que nos lleva a ser reconocidos como hijos de Dios. Entonces lo que Cristo enseña es que declararse hijo de Dios implica emular su conducta, abandonarlo todo y seguir su ejemplar camino.
Conclusión
Por lo tanto, “Yo soy el camino”, va más allá de ser una ruta para llegar a un destino como tradicionalmente se ha enseñado. Se trata de una afirmación fantástica que señala su divinidad y establece que su modo de vida santa es la senda que nos lleva a ser reconocidos como hijos de Dios. Declararse hijo de Dios implica emular su conducta, abandonarlo todo y seguir su ejemplar camino.
EL ES EL MODELO A SEGUIR, esto significa Yo soy el camino, Ἐγώ εἰμι ἡ ὁδὸς” (Egó eimi hē hodós) Y lo que oyeron la primera audiencia fue una sentencia preciosa al Jesús decir de sí mismo Yo soy (Nombre de Dios) El Camino (modelo y conducta) para llegar al padre, cosa que no hacían para nada los fariseos de aquellos días. Sentencia que tiene implicaciones para todas las generaciones, no solo para los judíos de aquellos días. Al igual que muchos que se autodenominan cristianos, consideran que los dogmas y los ritos son el camino para llegar al Padre, que una vez emprendido este camino ya es suficiente, pero hacen todo menos emular al Maestro, es decir, vivir una vida en santidad. ¿Qué opinas? ¿Cristo es el modelo a seguir o solo un camino por el cual transitar?
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