Definitivamente, el camino de fe se encuentra marcado por etapas, unas de alegrías, otras de prueba y otras tantas de tristezas. Es en medio de estos procesos donde se encuentra el desarrollo de la fe y que en el centro de estos ciclos sentimos cerca la compañía de Dios, en el momento se siente como si un huracán está devastando todo, pero realmente son las manos del alfarero haciendo una nueva vasija de nosotros (Jeremías 18).
Sin embargo, este camino no es el mismo para todos. Dios trata de manera distinta y singular con cada uno de nosotros, Al avanzar y superar estas etapas deberían de ir proporcionando madurez como cristianos pero en muchos no es así.
Pablo hace esta distinción y expone estos procesos de crecimiento con sendas analogías en pasajes como 1 Cor 3:2-17 donde claramente señala que primero debemos de madurar y segundo habrá quienes no maduren y sean llevados por emociones humanas y carnales. EL autor de la epístola a los Hebreos 5:10-14 también habla de esta inmadurez espiritual, los califica como tardos para oír, y que a pesar de mucho tiempo aprendiendo no habían entendido bien.
El día de hoy también existen este tipo de problemas, hermanos que viven siendo subjetivos y otros objetivos.
El subjetivismo es aquella doctrina epistemológica que limita la validez del conocimiento, no obstante como doctrina ética propone que los valores morales son medidos a través de lo que es subjetivo, es decir basado en los sentimientos de la persona, por lo tanto, un creyente subjetivo hace juicios de valor a través de los sentimientos del momento aplicables conforme a las circunstancias, son como los niños en el sentido de inmadurez, no de inocencia, pues toma resoluciones y decisiones a priori basadas en sus instintos y emociones del momento o conforme a lo que convenga en tal o cual circunstancia.
Esta práctica del subjetivismo no solo está presente con los nuevos en la fe, también acontece y en gran manera en los cristianos de muchos años. Ya lo advertía el autor de Hebreos diciendo que no maduran y que no aprenden, solo pueden tomar leche y no comer alimentos sólidos, manteniéndose como bebes en la fe.
14 En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual.
No obstante, ψυχικός (psychikos) en épocas de Judas significa aquello que es caracterizado por el mundo creado, finito y caído, también expresa la naturaleza que la humanidad comparte con los animales, es decir habla de la mentalidad natural mundana. Habla de las emociones nocivas y dañinas en el contexto del texto Judas 19 hace referencia a aquellas personas que se dejan llevar por sus sentimientos y pensamientos carnales y mundanos; No han sido regeneradas en lo profundo de su mente, son aquellos que aún no entregan las riendas de su vida por completo a Cristo. Esta misma palabra es usada por Pablo en 1 Corintios 2:14 - y 1 Corintios 15:44; 46 hablando de la naturaleza animal y carnal lo mismo que Santiago 3:15.
Estas personas que dicen ser creyentes aunque no lo son o al menos solo tienen una fe a medias, asumen ser cristianos, pero aún juzgan a los hermanos y las circunstancias y a sí mismos conforme a las emociones del momento; justamente son aquellas personas que escogen un texto bíblico y hacen una apología sobre él conforme a lo que sienten o piensan en una u otra circunstancia del momento. Hacen de la palabra de Dios una interpretación personal y la acomodan al contexto de las circunstancias y las emociones.
El creyente subjetivo tiende a mostrar ciertas características, como aquel que busca respuestas de Dios fuera de las Escrituras, son como exploradores de señales divinas en circunstancias externas.
Si en su vida se equivocan en algo difícilmente admiten sus propios errores, no son autocríticos, siempre la culpa es de alguien más o del enemigo.
Debido a su inmadurez suelen exclusivamente escuchar a Dios en aquellas personas que se encuentran a su favor o coinciden con su criterio referente al pecado. Pero cuando alguien dice lo contrario, eso no es la voz de Dios es más bien el enemigo que quiere destruir la obra de Dios.
Como el subjetivismo es emocional, para tomar decisiones el cristiano subjetivo esgrime argumentos basados en criterio de personas y evade valores éticos y morales por básicos que estos sean, su medida de ética es el criterio de los demás.
El sermón del subjetivista apela a las emociones como una especie de lubricante para destrabar la tuerca, no confían en el trabajo del Espíritu Santo, apelan al show, a la música, a las luces y Jesús y su Santa Palabra poco a poco va desapareciendo de su verborragia, los nuevos héroes de sus sermones están cada vez más lejos del Salvador.
Por otra parte, el cristiano objetivo es más bien la antítesis de lo antes descrito, basa sus juicios de valores en los hechos más confiables y seguros que son las Sagradas Escrituras, por tanto, la medida de sus determinaciones no son las emociones es la palabra de Dios, aprende y es maduro, espera el momento propicio para la toma un dictamen, no lo hace cuando está triste, alegre, enojado solo espera el momento propicio para hacerlo, busca sus respuestas en la palabra de Dios, ora por dirección de Dios y está convencido que en la palabra de Dios encontrará la respuesta, confía en la suficiencia de las escrituras porque son la Palabra de Dios.
El cristiano objetivo no negocia la verdad conforme a las circunstancias, anhela el bien común, piensa en los demás, vela primero por el más necesitado, considera la preparación y estudio serio de las escrituras no por conocer más que otros, sino por entender mejor lo que Dios quiere para su vida.
Sus oraciones no están plagadas de palabras fabulosas y términos estrambóticos, son sencillas, se expone ante Dios tal cual es, se presenta tan pecador como es, reconoce que en su vida podrá faltar todo menos el amor de Dios. Como Pablo, considera como excremento todo lo que no sea a beneficio de Cristo y la causa del evangelio ( Filipenses 3:8 ) Si está cansado y agotado sus nuevas fuerzas provienen de una correcta relación con Dios y el prójimo.
Descansa en Dios, no se auto engaña, es valiente no es auto compasivo, sabe tomar decisiones porque Jesús dirige su vida, el Espíritu Santo lo anima y le advierte cada día y cada instante, pero sabe que su susurro será siempre a través de la palabra de Dios. Vive en paz, aprendió a perder para ganar.
Al mirar estas características seguramente hemos analizado areas de nuestras vidas que necesitan ser mas objetivas en lo que a la vida de fe se refiere, seguramente usted como yo notamos que el cristiano subjetivo no encuentra la paz, por que no descansa en Dios sino en sus sentimientos y emociones, son llevados como ondas del mar ( Santiago 1:6 )
Ser objetivos como cristianos empieza con un análisis muy profundo de uno mismo, con honestidad propia con absoluta franqueza decirnos la verdad de lo que encontramos en nuestro corazón. Es escarbar en el fondo de nuestro ser, puede que sea doloroso, pero es liberador; ser objetivo como creyente es madurar en la fe y esto es mirar la viga de nuestro ojo. Ser templo del Espíritu Santo es honrar con una vida santa al que mora en nosotros, para ello hay que desechar lo malo, vivir con auto-honestidad, una vida plena sin ataduras o con un alter ego.
Nada mas cristiano que mejorar como ser humano y agradar a Dios con un cambio sincero y profundo de corazón.
Por: Cristian Preña |
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